Cuando estaba en el liceo de hombres de Concepción, muchas veces jugué al amigo secreto con algún curso de alguno de los liceos de niña de la ciudad ya sea con el Fiscal de niñas, el liceo técnico de niñas o con las del Experimental, para muchos las más lindas eran de el fiscal o del experimental, pero de todo hay en la villa del señor, siempre llegaba la lista de la mano de algún compañero que tenia amigas en alguno de estos colegios, aveces llegaban dos o más a la vez, era entretenido esperar que corriera la lista y uno obvio tenia que escoger solo por el nombre, algunos se dejaban llevar por el tono "sensual" que podía despertar dicho nombre, y en lo personal igual lo hacia a menos que la lista llegara a mis manos con muy pocas alternativas tenia que lidiar con lo que allí tenia, me gustaban los nombres como Susana, Viviana, Sandra, Alejandra, Ivonne, nombres tradicionales pero que igual me hacían pensar que eran niñas, lindas e inteligentes, en cambio aquellos nombres que sonaban a tía o a mamá del amigo siempre quedaban o en blanco o alguien las escogía por que ya no había de donde elegir, nombres como Rosa, Flor, Clara, y por último estaban aquellos nombres rimbombantes que más parecían nombres artísticos de alguna vedette por decir algo nunca me olvido de una niña que su nombre era Katiusca, pobre que lo escogió todo el año le dijimos Katiusco, ahora pensándolo quizá eran nombres que inventaban las niñas para hacernos caer.
Las primeras cartas siempre eran de presentación, describiéndonos, física y emocionalmente, contando nuestros gustos y por último un par de preguntas para iniciar alguna conversación, todos escribiendo en clases o en los recreos, siempre demoraban una semana o más, jaja ahora ni me imagino a los chicos jugando a esto con tanta tecnología, quizá ahora se intercambian email, números de teléfono, facebook, en fin, luego de la semana era la gracia, el compañero que traía las respuestas cantaba los nombres de los destinatarios en los recreos, algunas veces no recibía respuestas y reconozco era algo frustrante, pero ayudaba a mi compañero a contestar sus preguntas y a idearle otras, otras veces si me respondían y podía responder encantado, algunas veces las cartas llegaban perfumadas con alguna colonia barata, era la risa entre todos, incluso algunas con el tiempo llegaban con los labios marcados al final de la carta...con labiales rojos, ya de algunas cartas algunos comenzaban a hacer preguntas subidas de tono, hasta allí llegaban o les respondían y eran leídas en grupo disfrutando de ese momento, algunos sobres eran originalmente doblados y hechos con las mismas hojas de cuaderno mientras más original era mejor.
Para terminar se organizaba luego de un tiempo de intercambio la junta con las chicas de aquel curso, claro solo acudían los con más personalidad o cancheros, pero generalmente eran grupos de no más de 10 los cuales terminaban de escribirse hasta ese momento, algunos con el tiempo dejaban de responder ya sea por que la descripción de la niña no les gustaba o las encontraban fomes, pero siempre salia una pareja de pololos de esos intercambios.
Mi suerte no fue buena, como les contaba o no me respondían o no llegaba hasta el final y se quedaban en el camino, alguna vez yo no respondí, solo logre conocer a una amiga secreta, aún recuerdo su nombre Alejandra S. y su apellido igual, nos conocimos gracias a una ni la que vivía cerca de mi casa que de seguro leían las cartas a la par y se dio cuenta que era yo al decirle donde vivia, quizá le dijo que era guapo mmmm fantaseo con eso jeje, hablamos en una plaza en Conce donde esta niña nos hizo juntarnos, resulto ser bastante linda e inteligente, cosa que me agrado mucho, pero no paso más allá de ese y algún otro encuentro en el lugar donde tomaba micro para mi casa, era tan tímido jajaja...
5 comentarios:
Jjajjja. Muy buen recuerdo. Qué épocas no?
Una vez, en el colegio, que era de puras mujeres, hicimos ese experimento. Nos carteamos con el curso del pololo de una de mis compañeras que estudiaba en un colegio de hombres. Pero el correo de las cartas era diario.
Recuerdo que al final hice buenas migas con un chico que era amigo del que me tocó a mí, y que ni siquiera era de ese mismo curso. Pero sólo fuimos amigos.
Ahora de grande, miro hacia atrás, y encuentro que la época del colegio fue la mejor de toda la vida, aunque mientras me tenía que levantar temprano y hacer tares, no me lo pareciera. El resto de la vida se hacía tan lejana que parecía que nunca iba a llegar y nunca iba a ser grande para no tener que nunca más levantarte temprano ni hacer tareas. Jjajaa. Si tan sólo hubiese sabido, que de una manera u otra, en la vida, nunca se deja de levantarse temprano ni de hacer tareas. Sólo cambian los objetivos de las responsabilidades.
Un gran abrazo. Me has hecho recordar muchas cosas lindas. Gracias, mil, mi querido Oscar.
Oriana.
Que lindo recuerdo. Yo siempre estudié en colegios mixtos asi que no había mucho misticismo en los encuentros sentimentales. Jejeje.
Igual yo era retímida y no creo que me hubiese atrevido a hacer algo como eso... O si???... No se.
¡¡Sandra!!!.. Lindo nombre... y si, las Sandras somos lindas e inteligentes... jajajaja
Bezozzz, te leí en el blog de Almendra... (¿Qué pachó?)
Oriana totalmente de acuerdo los mejores años de la vida son esos apesar de las obligaciones viendolas desde la actualidad, no eran nada y tanto drama que haciamos..
Sandrita gracias por preguntar, nada en particular solo fue un momento...cariños...lindo nombre jeje
ohhhhhh.. que loco! el otro dia una compañera de trabajo que estudiaba en el Liceo de Niñas comentó eso de los intercambios de carta que se hacian con los liceos de hombres en Conce, se llama Alejandra, capaz que sea la de tu historia... jajaa...
Saludos!
Jaja las casualidades de la vida, fue una etapa linda del liceo, me imagino que aún se sigue la tradición...eso espero
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